Llevo ya algún tiempo dándole vueltas a un asunto que me inquieta un poco. Es evidente que los fabricantes de componentes electrónicos, como ordenadores, teléfonos móviles y cámaras digitales por ejemplo tienen como objetivo vender, y vender todo lo posible, pues claramente su modo de vida es ese y tampoco van a regalar sus productos. Y es evidente también que para conseguir atraer al mayor número de clientes potenciales y no quedarse atrás en el mercado como les ha ocurrido tristemente a algunos fabricantes. Pero cuando vemos en un escaparate el último modelo de smartphone, por ejemplo, o nos entramos de que va a salir un modelo más avanzado que el que nosotros tenemos, ¿es necesario que hagamos cola o nos lancemos como animales para conseguirlo? Hay gente que parece que vive con el único propósito de obtener el último modelo de ordenador, cámara de fotos o lo que sea. Y cuando lo consigue ya está esperando la llegada del próximo. ¿Es esto realmente lógico? ¿No sería mejor disfrutar de este modelo y no estar pendiente de que salga otro? Con esto no estoy diciendo que haya nada malo en comprarse un modelo nuevo de cualquier cosa si lo necesitamos, o incluso si nos lo podemos permitir.
Pero, ¿de verdad necesitamos lo último de lo último? Si trabajamos con estos artículos es muy posible que sí, pero al usuario doméstico muchas veces no le hace falta comprar equipos que en ocasiones superan con creces las necesidades que realmente tienen. Por ejemplo los ordenadores que tenemos en casa con un par de años todavía es muy posible que tengan potencia y características de sobra para realizar las funciones que podamos necesitar.
Porque ¿para qué usamos un ordenador por ejemplo? Para navegar por Internet, escribir correos, ver vídeos y fotos. Es posible que incluso veamos la televisión o escuchemos música. Pero para esto no necesitamos un procesador de cuatro núcleos, un Terabite de capacidad ni una tarjeta gráfica capaz de procesar imágenes en tres dimensiones, ¿verdad?
Esto es tan solo una reflexión, de estas que a veces se me pasan por la cabeza. Pero con esto tampoco quiero deciros ahora que tengáis que tener el teléfono móvil de vuestro abuelo, ese que recuerda a un ladrillo con una percha y que ya está sujeto con cinta aislante porque se cae a pedazos, tampoco tenemos que llegar a extremos…
La página de Fran 
Lo que tú hablas se llama obsolescencia programada y rige desde que comenzó el siglo xx y solo consiguió «apoderarse» del mundo hace unos pocos años, esta consiste en crear la necesidad sea ficticia o real, de obtener un objeto nuevo, la necesidad real se consigue haciendo el producto defectuoso y la ficticia creando la sensación de tener algo desechable o inservible. sumado a esto, esta la justificación de este método de mercado, que se suple de una estúpida razón, si no hay obsolescencia, no habría necesidad de «hacer mucho» y por ende habría mucha gente aguantando hambre.
En mi opinión, estoy del todo de acuerdo contigo fran, y agrego que es un absurdo comprar algo, solo por aparentar la sensación de tener algo «innovador» y en cuanto la justificación del sistema, hay formas alternativas de conseguir que siempre tenga la gente en que estar ocupada, porque es que francamente esta sociedad solo quiere gente que sea un esclavo útil.
Escribi esto en un PC del Año 2002, aunque la pantalla es poco mas nueva y le he metido algo mas de memoria, también aumente la velocidad del cpu; ahora tengo un pc «mas actual» con ubuntu 12.04(unity 2d pero igualmente genial) y anda mucho mas rápido que los icore5 con W 8, esa es la impresión que me lleve hoy al probar en un hipermercado varios ultrabooks y lo peor es que esta carcasa puedo hace todo lo que haría un mac.
Terminando quiero decir que no me crean, compruébenlo uds mismos, en Linux hasta los juegos necesitan menos requisitos….
Muchas gracias por el comentario. Yo también utilizo un equipo que, aunque no es tan «viejo» como el tuyo, tiene instalado Ubuntu 12.04, en este caso con Cairo Dock. La apariencia es la de un MAc, y la potencia supera con mucho a la de Windows. Yo estoy encantado.